Marcando el

camino para un mundo post-Covid

El cambio global a tecnologías digitales se está acelerando. Alguna vez vista como factor de crecimiento, la digitalización se ha convertido en un medio de supervivencia para algunos.

La tendencia hacia la automatización de la actividad económica afecta a muchas áreas de la vida empresarial y de los consumidores, incluyendo la innovación, las redes sociales, la conectividad, los datos, el cómputo en la nube, la inteligencia artificial y la realidad virtual. Las empresas de todos los sectores pueden aprovechar la tecnología digital para incrementar ventas, hacer más eficientes los procesos productivos, crear conciencia, mejorar la calidad y los procesos logísticos y agilizar la gestión administrativa.

La actual crisis económica y sanitaria ha acelerado el proceso de digitalización y ha alterado profundamente la forma en que los trabajadores interactúan con sus mercados y stakeholders, y entre sí.

Incluso antes de la pandemia de Covid-19, las prácticas laborales estaban cambiando. Pero la crisis ha dado claramente un impulso a esta transformación, convirtiendo el trabajo desde casa en la nueva norma para muchos empleos. Algo con lo que los trabajadores independientes estaban familiarizados y apreciado por los empleados, la práctica está ahora entrando en el mundo corporativo. En el Reino Unido, por ejemplo, el 37 % de los empleadores esperan que su personal siga trabajando parcialmente desde casa después de la crisis, en comparación con el 18 % anterior. Del mismo modo, el 42 % de las empresas alemanas planean seguir ofreciendo a los empleados la opción de trabajar desde casa en el futuro.

Ha comenzado a emerger un modelo híbrido que combina trabajo remoto y en la oficina. La tendencia es más pronunciada en las economías desarrolladas y entre los empleados del sector de los servicios. Los comercios ubicados cerca de edificios corporativos y las redes de transporte público están sintiendo el impacto de estos cambios y necesitarán hacer ajustes relativamente grandes para adaptarse a la situación.

Cifras clave

La crisis sanitaria ha aumentado la conciencia pública sobre la necesidad de tener una vida más saludable y responsable. La ciudadanía verde aborda importantes cuestiones ambientales y redefine el comportamiento del consumidor con respecto a las técnicas de producción, los métodos de distribución e incluso los procesos de diseño. La cuestión ya no es actuar de forma más responsable, sino cómo y dónde hacerlo, y a qué precio. Las opciones de los usuarios no están determinadas únicamente por las necesidades individuales, sino también por consideraciones colectivas, teniendo en cuenta el consumo sostenible, el potencial de impactos positivos (movilidad verde, producción local, cadenas de suministro cortas) y hábitos de consumo responsables (clasificación, reciclaje, regalar cosas, comprar de segunda mano, alquilar).

Como resultado, se están rediseñando los productos y servicios para integrar las preocupaciones socialmente responsables (ecológicas, orgánicas, de comercio justo, locales), con un renovado enfoque en el ciclo de vida (del productor al consumidor).

Los pagos de usuarios, empresas y comerciantes experimentaron un cambio radical en 2020, que se reflejó en el auge del comercio electrónico y la adopción generalizada de los pagos en línea y sin contacto. 

Desde el primer día de la crisis, una parte del comercio local dio paso al comercio en línea, haciendo del pago digital el nuevo estándar.

Las empresas también necesitan soluciones fiables, seguras y de largo plazo a las que puedan acceder de forma remota para simplificar y optimizar su organización, la gestión de cuentas y las transacciones entre empresas. En Norteamérica, por ejemplo, casi el 50% de los pagos de los proveedores se siguen haciendo por cheque.